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El debate sobre plazos y pruebas para renovar el carnet a personas de edad avanzada lleva un tiempo encima de la mesa. Pero, ahora, es definitivo. La Dirección General de Tráfico cambiará este procedimiento entre 2022 y 2023.

Esto viene causado por una demanda recurrente desde organismos de seguridad vial, que consideran el plazo de 65 años demasiado amplio. Por otro lado, las pruebas psicofísicas para superar el trámite son las mismas para todos los conductores.

 Por ello, la DGT ha confirmado que acortará los plazos de renovación para conductores mayores de 65 años, mientras que también aplicará un psicotécnico más riguroso. Para esto ya tenemos fecha: la medida llegará en 2023.

Plazos de menos de cinco años e intervalos distintos

 Es así cómo, a partir de los 65 años, los automovilistas deberán someterse a este trámite en los siguientes intervalos, que variarán dependiendo del vehículo:

  • Permisos AM, A1, A2, A y B: Cada cinco años (coches, motos, ciclomotores…)
  • Permisos C, C1, D, D1, EC, EC1, ED, ED1, entre otros: cada tres años (camiones, industriales pesados, autobuses…)

De momento, la DGT ha confirmado que sea acortará el plazo, aunque aún no se ha confirmado cuánto. Sea como fuere, habrá que esperar a que la Dirección General de tráfico los defina, para lo que realizará un estudio a fin de adaptar los tiempos de vigencia a la realidad y en base a diferentes edades a partir de los 65 años.

Pruebas adaptadas para conductores que superen los 65 años

 Más allá de los intervalos, para renovar el carnet de conducir es indispensable someterse a pruebas psicofísicas.

Y a diferencia de lo que ocurre con los plazos éstas sí que son homogéneas para todos los conductores pese a que, en general, cuanto más se avanza en edad suelen disminuir condiciones psicofísicas como la agudeza visual o los reflejos.

En general, los centros médicos suelen poner a prueba, y lo cierto que, de forma no muy exhaustiva, las siguientes áreas:

  • Valoración de la capacidad visual.
  • Revisión de la vista.
  • Valoración de la capacidad auditiva.
  • Revisión de oídos.
  • Test psicotécnico para medir la anticipación de la velocidad y la coordinación visomotora (son los desfasados test realizados con el ordenador).
  • Análisis médico general. Comprobación de la tensión arterial, el pulso y una auscultación cardio-pulmonar rutinaria.
  • Información proporcionada por el propio paciente durante el reconocimiento.

Este examen médico tiene fama de ser bastante laxo, así que a menos de que el resultado sea escandalosamente negativo, lo habitual es pasarlo.

De nuevo, Tráfico no detalla cómo serán las pruebas para mayores, más allá de señalar que se actualizarán los protocolos de exploración médico-psicológica en Centros de Reconocimiento de Conductores en colaboración con el Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Medicina del Tráfico.

Se trata por tanto de encontrar un equilibrio entre asegurar que los conductores más mayores tienen las suficientes capacidades físicas para ponerse al volante, sin poner en peligro su vida o la de otros usuarios, pero a su vez no atentar contra su derecho a la movilidad y a la libre circulación.